Tim Berners-Lee no podía imaginar lo que iba a suponer su creación. Si bien sabía que en el futuro próximo supondría una revolución en todas las áreas del conocimiento, este londinense de padres matemáticos, nacido en junio de 1955, no podría nunca prever el alcance del invento que llevaría a cabo 33 años después.

El genio británico ya anticipó años atrás lo que sería el primer paso de su creación final, un programa conocido como "Enquire", para almacenar y recuperar información a partir de asociaciones aleatorias. Pero su verdadero logro sería el posterior. Berners-Lee recibiría la aprobación de su proyecto por parte del CERN año y medio después de presentado, y con ello se crearía el primer navegador de la historia, mundialmente conocido como World Wide Web.
Esta nueva herramienta se basaría en la universalidad del lenguaje, y se llevaría a cabo utilizando sistemas completamente innovadores: el Hyper Text Markup Language, más conocido como HTML, que permitiría establecer enlaces con otros documentos en una máquina, y el esquema de direcciones que genera una localización única para cada página, URL (Uniform Resourse Locutor). Posteriormente, diseñaría también el HTTP, o (Hyper Text Transfer Protocol), para transferir la infromación a través de la red. Todos estos hallazos, son los que nos permiten movernos y navegar con total facilidad por las Webs, pudiendo 'saltar' de una a otra siguiendo los enlaces determinados, y marcando nuestro propio rumbo.

Berners-Lee, en vistas del estancamiento europeo a la hora de progresar, decidió trasladarse a Boston, concretamente al Instituto Tecnológico de Massachussets, para seguir con su trabajo. En él, entre otras cosas, crearía el consorcio conocido como W3C (World Wide Web Consortium), que ejercería desde entonces como protector y depositario de la Red, promoviendo la idea inicial de Berners-Lee de que la red fuera de caracter libre, y luchando contra los posibles sofware que incluyeran derechos de autor por parte de empresas. De ahí que el físico se considerara como el creador y el protector de la red.
Sería a partir de finales del año 2004, que Berners-Lee iniciaría otro proyecto, esta vez en Southampton (Inglaterra). Se trataría de la Web Semántica, que se encarga de resolver algunas deficiencias de la red tal y como la conocemos, utilizando tecnologías de descripción de los contenidos, para así dar más claridad a cada sitio clasificándolo según su naturaleza. Es por tanto una forma de añadir informaciones adicionales que esclarecen el contenido, el significado y la relación de los datos.

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